Tránsito

Querido amigo;

Alguna vez me pongo a pensar en el lugar y el momento de la vida en que me encuentro, en ese instante que ilumina y da sentido a nuestra existencia, que vamos en tránsito hacia algún lugar.

¿Te acuerdas amigo?

¿Qué debemos hacer?, actualmente me he comido la mitad del bocadillo que es la vida y aún no he resuelto las dudas existenciales de siempre. ¿Quien soy?, ¿De donde vengo?, ¿Hacia donde voy?.

Cuando eres pequeño, los padres, alguien de la familia, tal vez un perfecto desconocido, te preguntan ¿que vas a ser de mayor?, ¿que quieres hacer en la vida?. Recuerdo esas preguntas de mi infancia en la imagen de un familiar. Mis respuestas no eran nada del otro mundo, variaban según el curso académico y se me podía ocurrir una en cada momento, policía, bombero, escritor, guerrero, doctor. En mi respuesta no se adivinaba una autentica y temprana vocación, tal vez algo de fantasía motivada por mis juegos infantiles.

Así pues, voy pensando hacia donde dirigir mis pasos, ¿Qué camino he de tomar?, como aprovechar el momento, puesto que uno vive un instante y se muere, encuentra su ineludible destino y no pasa nada, la vida continua, el universo infinito renace de las estrellas que se apagan, polvo cósmico. Tal vez antes de morir, uno se pregunte si aprovecho su tiempo. La única respuesta que se me ocurre es…, ¿si amaste lo suficiente?, puesto que para mi, el amor verdadero es la única e inextinguible llama, la única estrella que brilla más allá de la vida y de la muerte, es nuestra infinita capacidad de amar, a imagen y semejanza de Dios.

Lo más reconfortante de mi vida hasta ahora ha sido conocer y disfrutar de algunas personas que me quieren y a las que yo amo, pero ahora recuerdo unas palabras, amar a quien te ama, es fácil. ¿Acaso tiene eso algún mérito?, ¿cual es el reto?. ¡Quizás, Ya lo sabes¡.