La imagen que tomaste cuando te marchabas me dejo esta sensación.
Tengo una ventana abierta al mundo y me gusta, siento que puedo expresarme, mecer al viento algunas palabras, liberarlas, transformar en sensaciones algunas imágenes y pensamientos que pueblan mi mente. Quiero mirarte y que tu me veas en la distancia. En realidad apenas te conozco, te veo pasar y me gusta saludarte, sobre todo que me veas correr, ¡libre!. Ya casi me he acostumbrado a tu presencia. De vez en cuando te acercas y posas suavemente tu mano sobre mí, de vez en cuando, traes un azucarillo que me endulza la vida y cuando te marchas, pienso en ti. Ahora no se por que te extraño.
Se acaba el día y llega la noche, pienso que los dos soñamos al mismo tiempo, somos libres y cabalgamos juntos, al galope sobre el aire fresco de la mañana, no quiero regresar, ¡relincho!, hasta el fin del mundo, hasta agotar nuestras fuerzas. Así amanece un nuevo día, las primeras luces y ya me siento inquieto esperándote, cuando te acercas, la brisa me trae anticipadamente tu olor en la distancia, impaciente de alegría, ya quiero salir a trotar al aire fresco de la mañana.
Hoy te encuentro silenciosa, observo en el interior de tu mirada un leve destello de tristeza, cuando me acaricias y preparas la montura, relincho otra vez de alegría, con la cabeza te empujo levemente, hago un gesto con mi pata, anunciándote que debes prestar atención. ¡Alégrate, en que estas pensando!. Al salir montas sobre mí tu silencio y juntos salimos paseando al campo por primera vez, al trote escucho el latir acompasado de mí corazón alegre esta mañana, los pájaros anuncian el nuevo día, ponen música a tu silencio, a tus caricias. La brisa nos pide que galopemos juntos y a tu orden, cabalgamos hasta el fin del mundo, hasta agotar nuestras fuerzas.
Tengo una ventana abierta al mundo y me gusta, siento que puedo expresarme, mecer al viento algunas palabras, liberarlas, transformar en sensaciones algunas imágenes y pensamientos que pueblan mi mente. Quiero mirarte y que tu me veas en la distancia. En realidad apenas te conozco, te veo pasar y me gusta saludarte, sobre todo que me veas correr, ¡libre!. Ya casi me he acostumbrado a tu presencia. De vez en cuando te acercas y posas suavemente tu mano sobre mí, de vez en cuando, traes un azucarillo que me endulza la vida y cuando te marchas, pienso en ti. Ahora no se por que te extraño.
Se acaba el día y llega la noche, pienso que los dos soñamos al mismo tiempo, somos libres y cabalgamos juntos, al galope sobre el aire fresco de la mañana, no quiero regresar, ¡relincho!, hasta el fin del mundo, hasta agotar nuestras fuerzas. Así amanece un nuevo día, las primeras luces y ya me siento inquieto esperándote, cuando te acercas, la brisa me trae anticipadamente tu olor en la distancia, impaciente de alegría, ya quiero salir a trotar al aire fresco de la mañana.
Hoy te encuentro silenciosa, observo en el interior de tu mirada un leve destello de tristeza, cuando me acaricias y preparas la montura, relincho otra vez de alegría, con la cabeza te empujo levemente, hago un gesto con mi pata, anunciándote que debes prestar atención. ¡Alégrate, en que estas pensando!. Al salir montas sobre mí tu silencio y juntos salimos paseando al campo por primera vez, al trote escucho el latir acompasado de mí corazón alegre esta mañana, los pájaros anuncian el nuevo día, ponen música a tu silencio, a tus caricias. La brisa nos pide que galopemos juntos y a tu orden, cabalgamos hasta el fin del mundo, hasta agotar nuestras fuerzas.
Ahh, este corcel está bastante enamorado, no diré nada, es un escrito romántico, me imagino que desea ser un unicornio para verse acompañado de una hermosa doncella. Mira amigo Mikel, parece que al amigo Tbo ya lo engancharon, y bien enganchado que está. Saludos Tbo, esta faceta no la conocíamos.
ResponderBorrarSaludos Tbo, gracias por el comentario
ResponderBorrarNo era mi intención parecer un caballo enamorado David, asumo la parte romántica del relato. Mi pequeño intento literario no ha conseguido su objetivo, quería con el transmitir una sensación de libertad, en este caso vale, la prota, era femenina, pero ¿tiene eso algo que ver?. En fín, la idea me gustaba para mi pequeño taller literario, continuaré con ella, buscaré una imagen que me motive y ver que puedo expresar a través de ella. Hay gente que escribe maravillosamente bien, lo mío es sólo un intento, una expresión. Saludos, Don Juan.
ResponderBorrarNo era mi intención llamarte caballo Tbo, disculpa. Bueno, como decía Pablo Neruda, “A veces lo que uno escribe escapa de sus manos”, la sensación de libertad se trasmite, sin embargo las letras me llevaron a recrear otro tipo de situaciones, no dejo de pensar en que se tiene que estar enamorado de algo para crear este tipo de obras, no sé, puede ser de cualquier cosa; independientemente de tu intención, me has hecho recordar el dulce pasado, te lo agradezco. Recuerda que yo ando medio crudo en esto de la literatura (hace tiempo) y por lo visto siempre lo andaré. Te animo a seguir con este taller literario, aquí estaremos participando.
ResponderBorrarAl parecer el pollo te dejó el negocio, desde hace uno días que ni lo nombras.
Saludos
PD: Lastimosamente no soy un Don Juan, sólo soy un simple mortal melancólico.
Gracias David por el comentario, me gusto más. Creo que estoy demasiado sensible, volveré a la carga con un estilo más Rockero a lo ACDC. Recrear una situación, ya es algo para mi. Saludos, amigo.
ResponderBorrarOs dejo un poco y os ponéis a relinchar. Dónde está la libertad de un caballo al que no se ven las patas.
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