
Espero que después de una sufrida campaña electoral, hayas pasado una buena jornada de reflexión descansando un poco de los políticos de turno. En este momento lo que más me preocupa, es saber si la famosa espada Tizona, “si esa misma”, la del Cid Campeador o la de Rodrigo Díaz de Vivar, “que es lo mismo”, es auténtica o no.
Según cuentan fuentes informadísimas del ministerio de cultura, no existen datos fiables para identificar la espada y al final resultará que es una copia china de la edad media. Hoy en día las imitaciones y falsificaciones de una marca están a la orden del día y sin ser un experto, apenas puedes diferenciar si un reloj, bolso, vestido o complemento es original o no.
A mi juicio la gran diferencia esta en la cantidad de dinero que te pueden levantar por un supuesto auténtico, y si no que se lo pregunten a la junta de Castilla y León que ha pagado 1,6 millones de Euros por la Tizona original y que quiere exponer en la catedral de Burgos.
En este caso como en otros, voy a citar a mi amigo Shakespeare que ya imagino con antelación aquello de “To be, or not to be.”
Somos los sufridos ciudadanos del mundo los que tenemos que decidir y discernir a quién dar crédito o no, suponer en base a nuestros criterios ¿Quién dice la verdad? Existen multitud de casos, algunos de ellos muy graves, en los que se utiliza la guerra informativa (información y desinformación), sucia intoxicación de medios para abonar la opinión que más convenga.
Si el resultado no apetece o conviene a sus intereses, siempre pueden desprestigiar el informe de un experto en la materia, con el informe de otro experto, “al que han pagado previamente claro….,” para que argumente científicamente que el anterior no tiene ni idea. Así la cosas, todo se pone en duda y pasa el tiempo, llega un momento en que nadie sabe quién lleva la razón y ganan el tiempo necesario para sus mezquinos intereses.
Encontramos ejemplos a todas horas y en cualquier lugar del mundo. Uno sencillo es que en España ningún medio de comunicación se pone de acuerdo sobre la cifra de asistentes a una simple manifestación y cada bando mediático cuenta lo que más le conviene al patrón que gobierna sus intereses, en este caso políticos.
Más referencias de lo mismo pero en otro sentido son las tabacaleras, industrias millonarias que aún hoy en día se esfuerzan por captar adeptos y simpatizantes. Buscan cualquier pretexto o subterfugio para hacernos creer que fumar sigue siendo cojonudo, que no es en absoluto adictivo y que lo más moderno hoy en día es fumar Light .
Así ocurre más de lo mismo con otras multinacionales que expolian riquezas naturales y nos venden petróleo o energía
Un ejemplo muy claro y preocupante de lo expuesto, es que durante años se ha puesto en duda la responsabilidad de la actividad humana como causa principal del calentamiento global sobre la tierra y de los devastadores efectos que van a causar los gases contaminantes en la atmósfera. Afortunadamente los ciudadanos del mundo vamos tomando consciencia y casi nadie lo pone en duda actualmente, pero son muchas de las sociedades más industrializadas del planeta y sus gobiernos los que han minimizado los informes científicos en este asunto, cuestionándolos y contrarrestándolos con otros informes y científicos que los ponían en duda.
¿A que intereses sirven? Dice el refrán, dime con quien andas y te diré quien eres.
P.D Por cierto una vez en Toledo, preciosa ciudad que recomiendo visitar y donde puedes comprar muchas espadas, encontré una en concreto que me aseguraban era la auténtica y original “Espada de Damocles”. No la compré por no llevar dinero suficiente, pero aún hoy en día me pregunto donde andará, en su hoja rezaba una antigua inscripción en castellano “Io soi Damocles, la del cambio climático”. Saludos.