Continuando con la línea editorial catastrófica que marca el El Pollo, continuamos con una articulo de investigación periodística reciente sobre la comida que tomamos habitualmente. El otro día aparecía en T.V un señor oriental (japonés creo) de aspecto muy interesante y respetable decía…,
“somos lo que comemos”, más tarde un cocinero cercano a la cultura de la cocina Española,
José Mª Arzak, refrendaba lo expuesto por el Sr. Japonés en tono de admiración y respeto, otorgándole el calificativo de Maestro.

Por lo expuesto he pensado que tenía mucho sentido, al fin y al cabo la comida que comemos se transforma constantemente en la energía que utilizamos. Cada molécula de nuestro cuerpo es consecuencia de los alimentos que hemos tomado y se ha transformado, los asimilamos como parte de nosotros mismos, así que si este post me sale mal, probablemente sea culpa del atún de piscifactoría que me comí el otro día, o tal vez del
maíz transgénico que lo acompañaba y que me vendieron en el supermercado sin notificármelo debidamente.
Nunca le había dado la suficiente importancia a este asunto, pero la tiene y mucha. En mi opinión esta del todo justificada y no hay que poner en duda su importancia.
"
Somos lo que comemos", y se puede profundizar mucho sobre este asunto.
A mi personalmente me gusta hacer la compra, hace tiempo que dejo de ser una tarea pesada, aunque a veces realmente lo sea. Me entretengo bastante con los precios, las ofertas y los productos que considero interesantes, casi me parece que cuando voy de compras, salgo de caza, en fin como todos sabéis, las mil y una cosillas de una gran superficie. Personalmente me resulta más divertido que otras tareas del hogar, como planchar o lavar la ropa y puedo entretenerme en mil cosas. Imagino que esta faceta mía, viene de pequeño cuando la madre te mandaba comprar algo necesario. Naturalmente uno se aprovechaba de la ocasión para sacar unos céntimos de ese negocio.
No he realizado el cálculo “
¿pero ellos si”, sobre las horas de nuestra vida que ocupamos en el menester de aprovisionarnos y de como tomamos las decisiones para comprar un determinado producto.
Con esta afición me convertí, (
si a nadie le molesta y me dice lo contrario), en un comprador profesional. Como profesión es interesante y esta bien remunerada, aunque somos demasiados y todos creemos ser unos linces en esto de la compra.
Pues va a ser que no…., como decía el otro.

El mercado es de quien lo determina. Así los estudiosos de disciplinas como el marketing, publicidad, diseño gráfico, fabricantes de envases y otros, trabajan incesantemente para vendernos la moto en cualquier momento, no podemos descuidarnos ni un instante y aún con todo no estamos preparados para ganar la batalla.
Así que pienso comprarme un casco de guerra, traje anti-contaminación y mascarilla de gas, para ir al supermercado.
Las razones;
En la cadena alimenticia figuran
multitud de componentes químicos, miles de ellos, colorantes, conservantes, acidulantes, edulcorantes y otros
millones de combinaciones químicas posibles que están por todas partes y en todos los productos. En el mercado podemos encontrar supuestos productos naturales y otros nuevos llamados “
transgénicos”, que han sido modificados genéticamente.

También encontraremos filetes de vaca con proteínas adulteradas de animales que han sido alimentados con piensos fabricados por X , alguien muy sospechoso. La trucha del restaurante que comes hace tiempo que no tiene el mismo sabor, pero se parece mucho a la que había antes y no nos damos cuenta que es distinta si no la palmamos inmediatamente.
La consecuencia es nos venden lo que quieren. Los fabricantes pueden hacernos comprar cualquier cosa que no mate a corto plazo, han sido capaces ahora y lo serán en el futuro
¿Por qué creéis que actualmente hay una epidemia mundial de Obesidad?
La gente esta gorda en países como USA o Inglaterra. Hay muchos casos de obesidad, algunos se tienen que inyectar insulina. En parte es por nuestro tipo de vida sedentario, “eso dicen los fabricantes”, pero actualmente no cazamos jabalís con arco y flechas.
Hay que hacer más deporte y el tipo de vida que llevamos en las ciudades, trabajos, etc., no es el más adecuado para eliminar toda la cantidad de azucares y grasas que nos venden.
Ahora es muy fácil sobrealimentarte y engordar espantosamente. Además se crea una herencia o huella genética imborrable, que afectará a tus hijos y los hijos de estos, y entonces ¿Quién tendrá la culpa?. El abuelete que era un glotón.
Complejo, ¿verdad?
No creáis que es un problema solo de los países desarrollados, sucede allí donde el mercado y capital aparecen. “
Si los hombres de negro leen esto, se enfadaran con el pollo”. Allí donde llegan sus productos, resulta increíble que la cola y los refrescos puedan ser más baratos que el agua y para muestra un botón, fijate en las maquinas expendedoras y luego interrogarte a que distancia encontraría alguien un manantial o fuente sin contaminar en caso de falta de suministro. (Tal vez, un poco lejos.)

En el mar cada día hay menos peces y el de tu pescadería, ¿sabes lo que ha comido?, quizás los hayan alimentado también con piensos fabricados, se fabrican con plumas de ave por ejemplo y estas no suelen nadar muy bien. Hasta donde se sabe son buenos, proteínicos y ricos. Especies animales y vegetales modificadas genéticamente para disponer de una piscifactoría o explotación industrial rentable y comercial.
No es lo mejor que se puede comer, pero tal vez si lo único que puede adquirir, de lo natural ya no nos queda.
Cuando se invento el DDT, todo el mundo pensaba que aquello era genial para matar a los bichitos y controlar las plagas, más de 20 o 30 años después descubrimos que aquello también nos mataba a nosotros a largo plazo y ahora esta absolutamente prohibido. Pero seguimos ingiriendo plaguicidas e insecticidas en pequeñas cantidades todos los días
Desconocemos los efectos a largo plazo de muchas cosas, están en pañales en este tipo de investigación y un día sin querer, quizás modifiquemos algo importante y la madre naturaleza nos envíe un virus letal que acabe con la especie.
Si has llegado hasta aqui, eres un superviviente nato, estas inmunizado, puedes comer cualquier cosa, que no te pasara nada.
¡Felicidades Campeón/a. Siento la extensión. ¡Demasiadas cereales supongo¡.